martes, 19 de abril de 2016

Actividad 1. Lectura y escritura exploradora Abril 2016

Actividad 1. Lectura y escritura exploradora
Fernando Mora
Ensayo; El cerebro adicto:

                Como empieza Verónica Guerrero; “… hace unas décadas la drogadicción se consideraba como un problema de moral y falta de voluntad más que una enfermedad…”
                  Todos conocemos o hemos convivido en nuestra vida con algún individuo que padece del consumo de las drogas, como sería el alcohol, tabaco, drogas licitas o ilícitas, sin importar el motivo de su consumo, la respuesta conductual siempre será similar, la forma de manejarlas cambio en el momento en que se consideró como una enfermedad de tipo crónica en vez de un problema de falta de moral y fuerza de voluntad.

Desarrollo:
                Durante el paso del tiempo se ha estudiado la conducta adictiva en el consumo de las drogas, tales como el alcohol, tabaco, drogas licitas e ilícitas, siendo un ejemplo de ellas, la marihuana, la cocaína, morfina, anfetaminas, etc. las cuales se consideraban inicialmente como un problema de falta de moral y voluntad, la forma de tratarlas cambio posterior a estudios científicos y experimentales, al observar los cambios orgánicos y funcionales del efecto que producen las drogas a nivel del tallo cerebral, la corteza cerebral y el sistema límbico, lo que permitió catalogarla como una enfermedad crónica, que no solo afecta al individuo mismo, sino al núcleo familiar, social y laboral, dando como resultado un problema de salud pública. Conocer la historia natural de la enfermedad permite su clasificación en etapas, se ha mencionado que una primera etapa inicia cuando se busca una respuesta de euforia por resultado de su consumo, la cual origino una respuesta posterior a continuar consumiéndola, creando una necesidad crónica y con ello dando paso a una enfermedad crónica, teniendo como pierda angular la necesidad y dependencia en el consumo de las drogas, esto dio origen a la presencia alteraciones a nivel del tallo cerebral, corteza cerebral y sistema límbicos, en el tallo cerebral las alteraciones se observan en cambios de la frecuencia respiratoria y cardiaca, así como trastornos del sueño, a nivel de la corteza cerebral, presenta dificultad en la toma de decisiones y la capacidad para resolver problemas y por último en el sistema límbico altera el cómo percibimos las emociones, el deseo de supervivencia y de reproducción, todo esto genera cambios conductuales y de relación.
                Comprender el mecanismo de acción de las drogas es fundamental, ya que todas las drogas compiten, potencializan o inhiben a los neurotransmisores del cerebro, como serian la dopamina, acetilcolina y el alfa gama amino butírico, afectando la comunicación inter-neuronal, por ejemplo: las anfetaminas y la cocaína aumentan la producción de neurotransmisores e impiden que este se recicle, las anfetaminas y la cocaína aumentan la producción de neurotransmisores e impiden su recicle, la mayoría de las drogas interfieren con la dopamina, importante en el sistema límbico, estas alteraciones originan un problema en la comunicación entre las neuronas, para entenderlo podríamos decir que las neuronas “no se entienden entre sí”, “no saben de qué se están hablando”, peor que el teléfono descompuesto, la información no llega o llega mal. , en otra etapa de su historia natural, aparece la adaptación a su consumo, necesitamos aumentar la dosis y su frecuencia, llamándose esta etapa de tolerancia, que puede originar un síndrome de abstinencia, con manifestaciones más floridas y evidentes, cuyos síntomas principales serian la ansiedad, irritabilidad, nausea, insomnio, temblores, psicosis y hasta la muerte. El consumo de las drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones, queremos más droga a pesar de saber del daño que nos causamos.
                En el consumo de las drogas, existen varios factores que la favorecen, tales como, la biología, el ambiente, la edad, y asociación con otras entidades nosológicas. En el ambiente biológico, se menciona la predisponían de tipo genética, hijos de padres drogadictos tiene hasta un 60% de posibilidades de su consumo, el ambiente se refiere a factores culturales, amistades, inseguridad y dietéticos, se ha observado que la suma de estos favorece su consumo, hijos de padres drogadictos más un ambiente de inseguridad, potencializan su consumo, aquí es donde yo podría pensar que una educación centrada en la moral, con buenos principios y madurez, alejan esta predisposición a pesar de factores genético o ambientales negativos. Un factor que también se ha estudiado es la capacidad de una sustancia para ser adictiva como en el caso de la heroína, la cual tiene un potencial muy alto de adicción, muchas veces no se requiere que tanto consumes la primera vez, si no solo de las características de la misma, o bien la facilidad para obtenerla como el alcohol o tabaco, que por su precio son fáciles de adquirir, lo cual a edades tempranas favorece su consumo y su adicción. Aunado a esto, la edad en el inicio de su consumo es muy importante, los adolescentes tienen un potencial alto de adicción, en parte por falta en capacidad de realizar toma de juicios, toma de decisiones, falta de madurez, etc. A más temprana edad más fácil la adicción. Los trastornos de la personalidad o psiquiátricos también son factores de riesgo para su consumo, como serían los pacientes bipolares o esquizofrénicos.
                La consecuencia en el consumo de las drogas no es tan solo a nivel del individuo únicamente, sus cambios conductuales afectan todo su entorno, primeramente, puede afectar el núcleo familiar después el social y laboral, hasta inclusiva de tipo legal, muchos roban para comprar la droga o infringen la ley bajo sus efectos. Lo que la convierte en un problema de salud pública y legal.
                Su tratamiento no solo se deberá encaminar a las manifestaciones del consumo de la droga como serían los síntomas, sino también debemos enfocarnos a su entorno, como sería no permitir el consumo de alcohol en edades tempranas, alejarlos de ambientes inseguros, apoyo a la familia y orientación a las amistades. Como toda enfermedad crónica no debemos olvidad las recaídas frecuentes en las mismas y que solo son una parte del tratamiento, este padecimiento no se cura solo se controla, y tener mucho cuidado ante nuevas legislaciones como sería el uso medicinal o con fines lúdicos de las drogas, actualmente se utiliza solo en el dolor crónico, como el cáncer terminal, lesiones neurológicas fuera de tratamiento quirúrgico curativo, donde su uso sin control y vigilancia, o bien su uso indiscriminado favorece la farmacodependencia.

Conclusión:
                Ya desde el siglo pasado se veía que las drogas producían problema en los individuos, solo con el paso del tiempo y la experimentación científica, se pudo clasificar como una enfermedad, saber que no solo es un problema de moral y falta de voluntad es importante entender y comprender los cambios fisiológicos y funcionales, así como los órganos que son afectados, nos permite verla como una enfermedad que requiere diagnóstico, manejo, rehabilitación y sobre todo prevención.

Reflexión:
                “Por qué elegí este tema”, como se inicia en el texto todos conocemos alguna persona con este padecimiento, la forma en que toma la Dra. Medina Mora y demás autores, me agrado, una forma sencilla y práctica, entendible a cualquier nivel, no se requiere ser neurólogo, psiquiatría, psicólogo para comprender la historia natural y los cambios no tan solo físicos sino también a nivel del sistema nervioso central, y de cómo considerar, y estar pendiente de las secuelas o complicaciones del consumo de las drogas, estar alertas ante cualquier indicio de la misma y por qué no, orientar o solicitar más información en caso de una posible legalización sin control.

                “De donde partí para iniciar el escrito”, creo que, como cualquier ciudadano, preocupado por el alto consumo de las drogas, retirarme mi profesión de médico para buscar que se comprenda básicamente, leer todo el tema y ponerme en los zapatos de los escritores y de los lectores.

Referencia;
Guerrero Mothelet V. (2013), El cerebro adicto. ¿Cómo ves? N°. 177, (Pp. 10-14).
México: UNAM.